México se está acostumbrando a ganar sin tener un estilo de juego definido. A Juan Carlos Osorio le importa poco si el equipo gusta, juega bien y golea; el equipo simplemente piensa en ganar, y en sacar el resultado dejando a un lado las maneras. Sin embargo, el grupo empieza a encontrarse, los jugadores están en buen momento (cada uno en su respectivo equipo) y la armonía colectiva se nota. Las rotaciones comienzan a ajustarse al modo de juego mexicano, y los resultados están llegando. Fueron suficientes tres goles (Alanís, Lozano y Jiménez, respectivamente), para que el equipo sumara tres puntos con autoridad en el Teatro de Santa Úrsula, y encaminándonos a los mexicanos, a Rusia 2018.

Será importante que el equipo llegue a la Copa confederaciones sabiéndose calificado al mundial, sin duda será un peso menos, y esta copa se tomará con la seriedad necesaria, si no es para ganarla, para dejar un buen sabor de boca rumbo al mundial. El equipo Catracho no jugó a mucho, y cuando comenzaba a mostrar destellos de futbol, los pases mexicanos a la red se completaban, eso y que la selección hondureña está sufriendo un cambio generacional que en estas eliminatorias le está cobrando factura. Ese no es problema de México que ahora espera el juego vs USA. Estados Unidos que de nuevo está jugando bien (Bruce Arena), y que también ganó gracias a un doblete Pulisic, uno de los jugadores que pueden dificultarse a la defensa nacional. La gente comienza a acostumbrarse a ganar, el equipo también.

Juan Carlos Osorio se ve confiado y satisfecho con el trabajo realizado en cada uno de los partidos; ya se verá exigido su trabajo cuando encaren a Portugal. Esa será la segunda prueba en serio que el estratega tendrá, ya que le primera la perdió por siete razones contundentes que no solo lo lastimaron a él y a los jugadores, lastimaron a todo México. Este México, este grupo tiene un gran nivel como para competirle a cualquier selección, Rumbo a las dos justas Rusas.