La jugada maestra del canciller Marcelo Ebard pone en aprietos a todas las demás corcholatas, principalmente por que este escenario ya lo tiene presupuestado desde antes de la llegada de AMLO a la presidencia.

Para entrar en contexto, no es un secreto que el sucesor natural del cabeza de algodón es Marcelo Ebrard Casaubon, tal como lo hicieron en la jefatura de gobierno de la CDMX años tras, además de haber dado continuidad a una serie de programas que capitalizaron la imagen del actual canciller o carnal como le dicen sus simpatizantes. 

Además en la llegada de Obrador al poder, Marcelo coqueteó con otros colores, sin embargo se alineó a la 4T, situación que le tiene un mérito para esperar su llegada y suceder al tabasqueño, asimismo cabe mencionar que su actual posición lo pone en ventaja con gobiernos extranjeros como el de Estados Unidos que siempre influyen en la designación del próximo en ocupar la presidencia.

Para muchos Marcelo es un segundón y ven a Claudia como la elegida, sin embargo en la política todo es apariencia y el camino puede acelerarse de cero a 100 kilómetros por hora, más cuando el desgaste de la Jefa de Gobierno con la tragedia del Metro se repite la tarde de ayer con un trabajador, entre otros sucesos que sus alcaldes como Lady Metralleta le hizo hace unos meses con una campaña negra que mermó su investidura en el centro del país.

La tarde de ayer Marcelo anunció su renuncia y esto le hace jaque mate de momento en el juego, ya que se podrá dedicar libremente a negociar a puerta abierta y recorrer el país para señalar los errores de Noroña, Adán Augusto, Monreal y por su puesto a Shembaum.

No es casual que después de haberse reunido todos con el mandamás López Obrador y anunciarse una postura del Consejo Nacional de MORENA, Marcelo anuncie su renuncia, argumentando que tiene el respaldo del presidente y que buscará consolidar la transformación del país, en concordancia con el actual gobierno. 

Lo único seguro es que Marcelo está en la final del juego y los que saben dicen que si no va por el color vino tinto, esta vez colores naranjas le podrían impulsar a llegar a la silla más más poderosa de México.