El Secreto de el Cholo Simeone (Crónica)

Por: José Manuel R Racilla.
Alguien dijo alguna vez: “Simeone saca lo mejor de cada uno de nosotros como jugador, su intensidad la transmite desde el banco, y nos hace capaces de lograr todo”. Gran frase, pero a pesar de leerse como simple comentario motivacional, Diego Pablo Simeone y todo su mundo va mucho más allá de eso.
Admirar un partido de “Cholo” como jugador, era el ejemplo vivo de un profesional en toda la extensión de la palabra. Un tipo con la capacidad de exasperar al más sensato, un perro de casa, el todo terreno; en sus botines la fuerza necesaria para competir y ganar cada duelo individual, un portento de escudo, un incombustible atleta, gladiador indomable, fiel escudero de grandes como Diego Maradona o Ronaldo Nazario de Lima, invencible cuerpo a cuerpo. Sencillamente una fiera con mentalidad suprema.
Simeone adoptó Madrid como su segundo barrio, al estadio Vicente Calderón como su hogar, y al Atlético de Madrid como su nuevo amor. Los colchoneros, un equipo de combate eterno, recibió en Simeone un guerrero más para su lucha de cada semana contra la sombra del gigante merengue de la otra cuadra. Simple, jamás un jugador había combatido tanto un balón vestido con la playera rojiblanca. La exigente y conocedora afición colchonera lo adoptó como uno de sus máximos referentes en el campo, grandes campañas que terminaron con un regreso a Argentina para un retiro merecido, pero él siempre juró volver.
23 de diciembre de 2011, el equipo rojiblanco nuevamente en problemas, y el hijo prodigo vuelve a casa. La grada colchonera suspiró por el retorno de su último guerrero, su bastión y líder en combate. Precedido de títulos en Estudiantes de la Plata en su natal Argentina, en cada rincón del estadio Vicente Calderón se respiraba un nuevo aire de esperanza. El “Cholo” había vuelto, y el equipo colchonero estaba listo para seguir de nueva cuenta a su capitán.
Quien haya sido responsable del regreso de Diego Simeone no se equivocó. La mano del “Cholo” se nota en cada centímetro del campo rojiblanco. El equipo más intenso se Europa, el más fuerte, y el del corazón inmenso. Hoy, el Juego del Atlético de Madrid es lo mas parecido a admirar a once Simeones transpirar la playera colchonera, jamás dan un balón por perdido. Cada jugador contrario siente el respiro furioso a la espalda de un competidor rojiblanco hambriento, en busca de un balón que sienten propio, como el “Cholo” lo hacia en sus años dorados.
El Atlético de Madrid, con Simeone como arquitecto, ha forjado un equipo casi impenetrable, una gran fortaleza, con una perfecta sincronía al defender y una pegada monumental y fulminante. Se ha convertido en el depredador perfecto, ese que espera paciente y ataca en el momento preciso. Logró ingresar un equipo de clase media a la elite de Europa, competir de gran forma, y fomentar esa cultura triunfadora que muchas veces hizo falta en el club rojiblanco. Para muchos creyentes todo esto podría llamarse milagro, para los ateos, a todo esto le llamamos: Diego Pablo Simeone
Pese que a la mayoría de los fanáticos a este deporte, el Atlético de Madrid juega más fuerte que ninguno, con una violencia marcada y una intensidad al limite del reglamento, personalmente creo que el equipo rojiblanco es el ejemplo perfecto de trabajo en equipo, estrategia, táctica y ejecución llevada su máxima expresión. Hoy están en la antesala de una nueva semifinal de Champions League; imposible saber el futuro, pero competirá cada centímetro del campo, como solo ellos saben hacerlo, como Diego lo inculcó, como el “Cholo” lo mostró, como Simeone lo inculcó.
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