POR: JOSE MANUEL RACILLA.

Nunca tan cerca como esta vez para el Atlético de Madrid. El poderoso equipo Blanco físicamente rendido y a su merced, la expectación de saber en que momento los colchoneros darán el ultimo golpe. Una y otra vez tocando la puerta de la gloria, los minutos pasan, aquel ingrato balón se rehúsa entrar, gran juego colchonero, estrategia perfecta, pero nada. El gigante blanco aun respira, lucha con tenacidad y con su historia como último recurso, penales y gloria para el Real Madrid, simple, si tienes piedad de un grande, ese te hará pagar y arrebatará el combate sin miramientos.

El equipo mas intenso de Europa volvió a caer, aunque jamás se dudará de su grandeza y corazón inmenso. No paró de correr como su esencia lo exige y luchar como alguna vez Simeone mostró. Cambiar la historia y subir al podio su gran propósito. Se transpiró la playera rojiblanca como nunca, combate heroico por cada un balón en disputa,  nunca dejaron de soñar. El Cholo Simeone como arquitecto construyó esta gran fortaleza colchonera con bases tan solidas que les permitió rozar el cielo por momentos, pero desafortunadamente para la historia colchonera, nuevamente no fué suficiente.

Existe una muy delgada línea entre los grandes equipos por el Atlético de Madrid, y los clubes todopoderosos como el equipo Merengue. Imposible también es hallar un razonamiento sensato o fórmula matemática para poder entender el idilio eterno del equipo blanco con la victoria. En esta ocasión no fuimos testigos del mejor equipo madridista en lo absoluto, ni el más veloz, mucho menos el más técnico y poderoso, pero cada uno de los protagonistas en el campo entendieron que la playera blanca pesa, impone, engrandece y brilla con luz propia.

Hoy el Real Madrid apeló a su historia, y Zinedine Zidane es parte de ella. De caminar tranquilo y analítico, recorre la banda con sonrisa genuina, pero fría y calculadora. La elegancia del francés continua intacta. Imposible no recordarlo con aquella volea mágica y perfectamente estilizada para obtener la novena copa de Europa. Después como auxiliar de Ancelotti la décima en Lisboa. Confirmamos al ser humano destinado y ganador por excelencia. Después de un inicio incierto, tomó las riendas del grupo, su liderazgo lo encumbró, su figura mítica fue respetada y devolvió la paz al vestuario, y con la  obtención de la onceava copa de Europa engrandecerá su ya eterno legado.

A pesar de no ser su mejor juego, Cristiano Ronaldo representa para el Real Madrid ese sinónimo de éxito que la casa blanca exige. Atleta de alto rendimiento con mentalidad única, invencible y corazón indomable. A pesar de una actuación gris, penal y la gloria para el portugués, gran premio para el nuevo histórico del Real Madrid.

Hoy el rey de Europa recupera su trono. El Atlético fué, como en cada batalla, un equipo en toda la extensión de la palabra, y levantará la cara con ese orgullo y valores que caracterizan a su historia, mientras que el equipo blanco hará crecer aún más su leyenda como el más grande del viejo continente. Once copas de Europa, historias únicas, y figuras inigualables como Alfredo Di Stefano, Puskas, Paco Gento, Emilio Butragueño, Hugo Sánchez, Fernando Hierro, Roberto Carlos, Raúl, Cristiano Ronaldo y el propio Zinedine Zidane, convierten al Real Madrid en dueño actual de la Copa de campeones, el máximo ganador del certamen, y solo a la espera que la diosa de la Cibeles en Madrid, reciba por onceava vez, su más preciada joya. 

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