Puebla continúa sin Atlas de Riesgo y las lluvias y desastres no cesan
Las afectaciones por las intensas lluvias provocadas por la segunda tromba en Puebla capital han dejado en evidencia la capacidad de reacción de las autoridades estatales y municipales.
El centro histórico de puebla, el boulevard 5 de mayo y rancho colorado, fueron puntos con mayor afectación, derivado de las ráfagas de viento mayores a los 35 kilómetros por hora y altas precipitaciones, según protección civil municipal, pero ¿en realidad las autoridades estaban preparadas o mantienen algún protocolo? O ¿pasará lo mismo que la seguridad pública? Que solo se echan la bolita.
Recordemos que en las pasadas comparecencias fue cuestionado el actual secretario de gobernación Javier Aquino, sobre los protocolos de reacción o prevención para la época de lluvia, comprometiéndose en presentar el denominado “Atlas de riesgo” un instrumento que permite atender los peligros e infraestructura para salvaguardar a la población, asimismo lo prometió el gobernador Sergio Salomón en una de sus declaraciones mañaneras, afirmando que solo el 17.5% de los municipios cuentan con ese recurso de atención.
¿Será que la tercera es la vencida? ¿Tiene que haber muertos o mayores afectaciones? Si al momento se dieron cuantiosos daños materiales, tan solo en lo visible por las calles documentamos algunos videos con árboles caídos, techos y estructuras espectaculares desplomadas o a punto de caer, autos llevados por las corrientes ante el tapón de los drenajes o insuficiencias, así como deslaves y derrumbes en zonas cercanas al río Atoyac.
Actualmente, 131 de los 217 municipios del estado de Puebla, se mantienen en alerta inminente ante la susceptibilidad de sus regiones, por lo que es imperativo la atención de las autoridades a través de un estudio que permita tener mayor margen de maniobra ante desastres naturales, de los cuales según IGAVIM solo 38 municipios en puebla tienen Atlas de Riesgo.
Evidentemente, las autoridades estatales y poder ejecutivo deben poner atención en la prevención y no en la reacción, por lo que se espera en los próximos días, se pase del discurso a la acción y priorice un tema tan sensible como la integridad de las y los poblanos, en lugar de distraerse en temas electorales, porque la vida no está en juego y no tiene precio.