La Historia de Johan Cruyff, creador del Joga Bonito

POR: JOSÉ MANUEL RACILLA

Como todas las grandes historias del mundo, esta no podía comenzar distinto. Érase una vez en la cuidad de Ámsterdam, Holanda, un niño llamado Hendrik Johannes Cruyff , nacido un  25 de abril de 1947. De extracto humilde, y con poética coincidencia de vivir a 100 metros del estadio del Ajax. Este es el lugar donde se forja en el inicio de una de las historias más fascinantes del fútbol mundial, la del flaco de oro del balompié. Johan Cruyff.

 

Hijo de Hermanus Cornelius Cruyff, y Petronella Bernarda Draaijer, el pequeño de delgada figura y talento nato, “Jopie”, como lo llamaba cariñosamente su madre, ingresó a las inferiores del Ajax para tener su primera oportunidad profesionalmente el15 de noviembre de 1964 con tan solo 16 años. Desde sus inicios, ya nos mostraba a cántaros su interminable talento. Nacido para ganar, este nuevo rey midas del fútbol lograba títulos al por mayor a pesar de su precoz carrera, su simple presencia trasformaba el campo, veloz como pocos, hábil como ninguno, en una época donde el golpe y las entradas muchas veces implacables eran preponderantes, su habilidad y talento bastaba para hacerle saber al mundo que estaban ante quien seria el mejor de su época.

 

Rebelde como tantos fuera de serie, y siempre en contra de lo que para él era incorrecto, mostró su primer prueba de entereza al negarse a fichar por el Real Madrid, como ambos equipos habían pactado. Firme a su rebeldía, llega a Barcelona con estela de figura e ídolo, el fichaje más caro de la historia en aquel momento, sin saber, que además de haber ganado un buen jugador, habían hecho llegar a quien hasta ahora, es el artífice del nuevo Barcelona, el protagonista los cimientos de la nueva gran historia blaugrana  y del fútbol de los últimos tiempos.

 

Las historias después de ese momento son interminables, el motor de esa gran naranja mecánica que a nuestros padres y abuelos asombró. Concebir el fútbol total sin la figura del eterno 14 es simplemente imposible, sus eternos pases y regates en campos europeos serán contados generación tras generación. Para ejemplo, el mundial de Alemania 74, una muestra de cómo se debe jugar al fútbol. Ese conjunto era simplemente maquinaria de ganar y de gustar y golear. Jamás se vió a ningún equipo del mundo pasar por encima de cada rival de tal forma. Cruyff como director de orquesta y Van Hanegen, Krol, Rijsbergen, Rep y el incombustible Neeskens con notas perfectas siguiendo su melodía. Aquella selección Holandesa conocida como el equipo campeón sin corona, solo fue detenida por el poderoso equipo alemán, recordemos que en un juego 11 contra 11, siempre ganan los Teutones, Cruyff lo sabia perfecto, perdió, y ni hablar.

 

Inigualable su negativa cumplida de jugar el siguiente mundial, ¿Por que jugar ante un gobierno asesino y represor del pueblo Argentino? Rebeldía eterna, pero firme ante su decisión, aquel momento se convirtió en el inicio del fin en su carrera como jugador, y el nacer de su revolucionaria historia como entrenador. Su destino: crear la mayor escuela de fútbol de todos los tiempos, esa poderosa “la Masía”, la gran fábrica de talentos, sistemas y estrellas del FCBarcelona.

 

No existe en la historia actual, un personaje tan influyente en la historia del fútbol en los últimos cincuenta años. Sin su influencia sería Imposible poder admirar el actual equipo Blaugrana y todas sus bases, o la belleza del actual juego de su mayor alumno, Josep Guardiola. La tarea y enseñanzas de Cruyff no solo debe agradecerlas el equipo catalán, sino todos los que amamos este enorme deporte.

 

Se fué el Holandés de nacimiento y Catalán por adopción, el amante de la comida española y de la música de Frank Sinatra; filántropo, serio, directo, pero eterno enamorado del balón. Gracias por los goles de antología, los regates mágicos, el esfuerzo de hacer un fútbol tan perfecto. Gracias por la rebeldía, por la naranja mecánica, por el fútbol total, por tu Ajax y tu FCBarcelona.