Ruperta Bautista Vázquez gana el Premio de Literaturas Indígenas de América 2024
POR: Ray Zubiri
La verdad, el premio no me lo esperaba. Era una súper sorpresa, pero cuando me anunciaron, no podía creerlo; no encontraba las palabras de agradecimiento. Fue lo que me dijo Ruperta Bautista Vázquez, escritora tsotsil, ganadora de la edición 2024 del Premio de Literaturas Indígenas de América, por su obra Ik’al labtavanej (Presagio lóbrego), escrita en la lengua Bats’i k’op tsotsil.
“Mi poesía surge como una necesidad de manifestar todo lo que está pasando a la comunidad. En ese sentido es que yo considero la literatura como una herramienta de lucha, en la que se puede manifestar la voz de una mujer tsotsil.
Licenciada en Antropología social por la Universidad Autónoma de Chiapas y diplomada en Creación literaria por la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México Chiapas, platiqué con ella.
Sencilla, respondió a todos los cuestionamientos que le hice; sobre todo, la importancia que tiene para una mujer escritora ganar este premio.
Su obra Presagio lóbrego recrea elementos propios de la cultura tsotsil y expresa la preocupación contemporánea por la muerte de las ancianas y los ancianos, quienes, al no ser valorados por la sabiduría milenaria de su pueblo, mueren llevándose todo a la tumba.
Dedicado a todas aquellas mujeres que dejaron su legado en diferentes manifestaciones comunitarias; este poemario es para todos ellos”, expresó la ganadora.
Esta es la sexta obra de la poetisa, porque hay otros géneros que escribe y que espera que puedan llegar a otros lados.
Hoy, este trabajo ayuda a sensibilizar a la sociedad para poder crear espacios en México. Lo digo por que las instituciones quizá lo intenten, pero, por ejemplo, en materia de educación sería importante tener una asignatura en nuestra lengua; en los hospitales, que se respete nuestro conocimiento.
¿Estamos hablando de machismo?, le pregunté.
“Las mujeres sufren discriminación debido a que vivimos en un país machista. Eso es una realidad que ocurre mientras tú y yo platicamos. Me parece que hay más apertura para los hombres; por ello consideró que existe discriminación en general a los pueblos originarios, pero siento que cuando son hombres, es un poco menos hacia ellos.
A mí me gusta manifestar la palabra. Pienso que, a pesar de las limitaciones, muchas veces uno tiene que seguir si así uno se lo plantea, porque muchas veces se rinde porque es pesado, cansado. En mi caso es lo contrario; cuando me han dicho que no, eso me ha dado más impulso para seguir avanzando.
Me encantaría que hubiera más espacios donde reconozcan a escritores de pueblos originarios; ojalá en otras ferias internacionales del libro en México se vayan abriendo oportunidades”.