Cuando alguien piensa en gafas inteligentes suele imaginar un dispositivo caro, incómodo y futurista. Quizá incluso le vengan a la mente las Google Glass, que hace una década prometían convertir las gafas en un ordenador de bolsillo capaz de ofrecer realidad aumentada directamente frente a los ojos, sin necesidad de mirar un smartphone.
Tres usos alternativos y muy prácticos que ya se le está dando a las gafas inteligentes
Mejoran la accesibilidad de las personas con problemas auditivos, se emplean en las empresas para optimizar procesos y permiten un aprendizaje más práctico en entornos educativos