Marlene Garayzar (La Paz, Baja California, 44 años) recuerda cuando en 2018 habló con sus socios sobre la creación de una financiera tecnológica en México para bancarizar a sectores de la población que han quedado al margen de los bancos tradicionales. “En ese entonces, de la palabra fintech ni se hablaba”, cuenta. Garayzar había observado el modelo del banco estadounidense Capital One, en el que la entidad había conseguido exitosamente incrementar los productos bancarios entre los afroamericanos y los latinos. La idea de que había mexicanos sin acceso al crédito o al ahorro la llevó a fundar Stori. En 2022, la empresa logró una financiación de 1.000 millones de dólares, lo que la convirtió oficialmente en un unicornio y en uno de los primeros grandes bancos digitales del país. Desde entonces, esta Sociedad Financiera Popular (Sofipo) ha ampliado su oferta de productos y ha alcanzado los cuatro millones de clientes –una buena parte radicados en la alcaldía Iztapalapa– con la misión de incluir en el sector financiero al 25% de los mexicanos que todavía no acceden a la banca.

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