Un papel, una firma, un sello. Un documento que certifique que la tierra en la que trabajan las mujeres les pertenece y así puedan tomar decisiones sobre cómo gestionarlas, acceder a ayudas y formación, y conseguir autonomía. Las mujeres poseen menos del 15% de las tierras agrícolas del mundo, a pesar de que representan casi la mitad de la fuerza laboral agrícola, y producen hasta el 80% de los alimentos en los países en desarrollo afectados por la desertificación, la degradación del suelo y las sequías, recoge la ONU. Y este diciembre, las mujeres han tomado posiciones para revertir la inercia. Es la primera vez que un caucus (asamblea) de género está incluido en la agenda oficial del comité anual de revisión de la Convención de la ONU de Lucha contra la Desertificación (UNCCD, por sus siglas en inglés), celebrado este diciembre en Panamá.
