Diferentes investigaciones tratan de aclarar cuál es el origen del brote de peste porcina africana que ha matado hasta ahora a 26 jabalíes en el parque de Collserola (Barcelona) y obligó a la Generalitat a habilitar un cinturón de seguridad de 20 kilómetros en torno al lugar en el que apareció la primera víctima. Activadas todas las alarmas, el sector ganadero ha intensificado sus controles ante el riesgo de que el virus alcance sus granjas de cerdos y ha visto cómo los precios caían y algunos países compradores restringían las compras de productos procedentes de la zona afectada. El Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA), un laboratorio dependiente de la Generalitat, está en el ojo del huracán como posible vector del contagio. Y si se confirma, la Administración catalana se arriesga a tener que afrontar demandas de responsabilidad patrimonial ante las pérdidas ocasionadas a un sector que exporta cada año por importe de 8.000 millones de euros.
La Generalitat se expone a indemnizaciones millonarias si el brote de peste porcina africana salió del laboratorio CReSA
La posible culpabilidad de un centro público abre la vía de demandas de responsabilidad patrimonial a las empresas afectadas