Los Reiner eran, como diría Tolstoi, una de esas familias felices que se parecen entre ellas, una más, como todas. Pero cargaban con un peso que, efectivamente, las hacía infelices a su manera. El hijo mediano de Rob y Michele, Nick, tenía muchos problemas. De adicciones, de salud mental. A sus 32 años, vivía con sus padres. Ellos estaban más que preocupados, lo comentaban con sus amigos más cercanos: los Obama, los Crystal. Pero probablemente nunca imaginaron que sería Nick quien pusiera fin a sus vidas.
El asesinato de Michele y Rob Reiner: relato de días de horror en Hollywood
Las muertes del director y la fotógrafa a manos de su hijo mediano, con un largo historial de adicciones, han paralizado a Hollywood, donde eran muy queridos. Nick será juzgado por dos asesinatos en primer grado y puede enfrentar cadena perpetua