Existe una campaña de desprestigio contra Lamine Yamal y no todas las balas se disparan desde Madrid, por cómodo que resulte reducirlo o una mera cuestión de política territorial. Es tentador recurrir a la teoría habitual —siempre hay una teoría danzando entre bastidores— y señalar a Florentino Pérez como el maestro de ceremonias, dedo índice en ristre como Napoleón en la batalla, ordenando por qué flanco atacar y por cuál protegerse. Sin embargo, basta con afinar un poco el oído para comprobar que la montería organizada contra Lamine Yamal bebe de otras fuentes, otras motivaciones y otros universos más complejos que el de la mera rivalidad futbolística.
Lamine Yamal y la montería trasversal
Al futbolista del Barça se le acusa de tantas cosas que, si fuera un chaval atormentado por la crítica, necesitaría llevar una libretilla para no olvidarse de ninguna de las imperfecciones que se le achacan