Allá por los inicios de los años ochenta del siglo pasado realicé una serie de entrevistas a ciertos personajes, políticos, escritores, artistas, que ya lo habían dado todo en la vida y se hallaban medio olvidados fuera del circuito debido a una edad que ya era provecta. Como no tenían que dar cuentas a nadie hablaban con la lengua muy suelta de hechos que habían conocido de primera mano. Uno de ellos era el periodista Luis Calvo, exdirector de Abc, que me contaba: “Una tarde llevaba de paseo en mi Rover descapotable a la cantante La Argentinita, amiga de García Lorca, y me decía que eso de los hombres ya había terminado para ella porque cuando veía a alguno, por muy guapo y joven que fuera, siempre se acordaba del sudor de la calva de su amante, el torero Ignacio Sánchez Mejías, aquella vez que estaba acatarrado y se le quitaban las ganas”.

Seguir leyendo